Jueves 6 de octubre, a las 20 horas en el Centro Cívico.
Esta interesante película, recién restaurada por Filmoteca Nacional, muestra escenas de los noticieros de posguerra, acompañadas de himnos, coplas y canciones populares de la época, que dotan a las imágenes de nuevos significados.
El cine es un arte (el séptimo arte desde la definición de Ricciotto Canudo en su “Manifiesto de las Artes” de 1911). Es un cúmulo de estímulos y emociones que divierte o entretiene pero es también un medio de comunicación y una experiencia social. Las Bibliotecas Públicas promueven y hacen accesible el acercamiento de la población a todas las formas de la cultura y las artes, como la literatura y el cine, que comparten el contar historias para transmitir -reales o ficticias-.
La Biblioteca de Ejea celebra el Día del Cine Español con actividades para los escolares programadas para la mañana del jueves, basadas en la proyección de fragmentos de cortos de películas de los inicios del cine mudo, seguida de la visita a la sala de audiovisuales de la Biblioteca Municipal.
Para los adultos, en la tarde del mismo día 6 se proyectará la película documental “Canciones para después de una guerra”, del director Basilio Martín Patino, basada en la España de posguerra. La película se realizó de forma clandestina en 1971 y no fue estrenada hasta 1976. Consiste en una serie de imágenes de archivo -todas ellas previamente aprobadas por la censura del momento-, sobre las que se superponen himnos y canciones populares de la época con el fin de dar un segundo significado, a menudo satírico, a lo que se muestra en pantalla.
“Canciones para después de una guerra” se nutre en gran parte de las imágenes del NO-DO (acrónimo de Noticiario y Documentales), el noticiero audiovisual propagandístico semanal que se proyectaba obligatoriamente en todos los cines españoles entre 1942 y 1981. La película comienza precisamente con las primeras imágenes que emitió el NO-DO, que fueron el parte de Guerra informando de la caída de las tropas contrarias a Franco, mientras suena el himno franquista “Cara al sol”. Le suceden a continuación imágenes (mientras suena “La bien pagá”) que hablan por sí mismas de la ruina, la miseria y el aislamiento en que quedó sumida la población, que contrastan con los esfuerzos de los noticieros por dar la imagen de un país próspero.
A las otras escenas les ponen voz las coplas, los tangos y otros géneros musicales acompañando y resignificando las imágenes del filme, que recoge numerosas grabaciones de la programación radiofónica de aquel entonces. Además de los himnos de trinchera, entre los temas musicales que incluye pueden citarse coplas como «Échale guindas al pavo», interpretada por Imperio Argentina, «La morena de mi copla» por Estrellita Castro, «La bien pagá» por Miguel de Molina, «Lerele» por Lola Flores, o «Francisco Alegre» por Juanita Reina. Entre otros géneros se escuchan canciones como «Angelitos negros» por Antonio Machín, «Americanos» por Lolita Sevilla, «Lili Marleen» por Marlene Dietrich, «Raska Yu» por Bonet de San Pedro, «Mi vaca lechera» por Juan Manuel Torregrosa, o el tango «Limosna de amor», en la interpretación de García Guirao.
Se trata de un cine collage o cine de re-apropiación, un tipo de películas que parte de la yuxtaposición de materiales de archivo para dotar a las obras de nuevos significados e intencionalidades. Lo interesante del film de Basilio Martín Patino es haber sabido llevar esta técnica a su terreno, apropiándose de filmaciones propagandísticas de la dictadura para someterlas a una relectura crítica (dentro de los estrechos márgenes que le permitió el contexto) con el único acompañamiento melódico de la memoria de unos tiempos que ya estaban socialmente agotados antes de que se agotara el franquismo como sistema político.
Sipnosis del Cine Documental en España y la obra de Martín Patino
La historia del cine documental en España se remonta hasta la llegada del invento de los hermanos Lumière al país, en 1896. Sin embargo, estas filmaciones, de apenas unos minutos, eran solo planos fijos donde se podían ver acontecimientos y otras costumbres populares.
El cine documental como arte daría sus primeros pasos durante el reinado de Alfonso XIII. Fue apareciendo una élite intelectual cinéfila y unos modestos intentos de cultivar el documental de vanguardia, en el que destacaría la figura del aragonés Luis Buñuel con su obra “Las Hurdes, tierra sin pan” (1933), considerado uno de los documentales más importantes de la historia del cine, al incardinar el cine social con un enfoque surrealista.
Durante la Segunda República, las itinerantes Misiones Pedagógicas (creadas en 1931) organizaban sesiones cinematográficas documentales, promoviendo el cine social en pueblos con difícil acceso a la cultura. Tras el golpe de Estado de julio de 1936 y la guerra civil se propició una copiosa producción de cine documental de propaganda política y se creó el NO-DO. En 1947, en un contexto poco propicio para el desarrollo del documental independiente, se estableció una escuela oficial de cinematografía, el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, con la que debieron conformarse la nueva generación de cineastas jóvenes e inconformistas, como Carlos Saura o Basilio Martín Patino.
Ya en los años sesenta, con la intención de presentar al mundo una visión más moderna de España, se permitió un cine más renovador y homologable al europeo, el llamado Nuevo Cine Español. En los años finales de la dictadura, algunos colectivos de Barcelona y Madrid cultivaron un cine documental clandestino. En la misma clandestinidad se rodaron las películas de Martín Patino “Caudillo” (1974) y “Queridísimos verdugos” (1973), que constituyen, junto a “Canciones después de una guerra” (montada en 1971 pero sin posibilidad de estreno hasta la muerte del dictador), una importante trilogía documental de las postrimerías del franquismo.
El Ministerio de Cultura, a través de Filmoteca Nacional, ha facilitado la proyección de esta gran muestra del cine documental y pone a disposición de los interesados la guía didáctica de la película, de la que puede solicitarse un ejemplar en la Biblioteca Municipal de Ejea.