Viernes, 17 de mayo a las 18 h en Aquagraria.
La exposición-homenaje al escultor Juan Fontecha Resonancia Escultórica es un tributo emocionante a la vida y obra de un artista excepcional. Nacido en Badajoz en el año 1947, Fontecha dejó una huella indeleble en el mundo del arte con su singular estilo y su profundo compromiso con la expresión creativa. Su trayectoria artística estuvo marcada por una exploración constante de formas y materiales, reflejando tanto su inquietud interior como su conexión con el entorno que lo rodeaba.
A lo largo de su prolífica carrera, Fontecha creó una amplia variedad de obras que abarcan desde esculturas monumentales hasta piezas más íntimas y personales. Su dominio de la madera, el metal, pero sobre todo de la piedra le permitió dar vida a sus visiones artísticas con una maestría incomparable, cautivando a espectadores de todas las edades y procedencias. Desde el inicio de su actividad se caracterizó por el trabajo con piedras desechadas por otros, rescatándolas a través de su trabajo artístico combinando un cordial entendimiento con la naturaleza propia de la obra y su apasionado conocimiento de la talla.
Pero más allá de sus logros artísticos, Juan Fontecha fue un ser humano excepcional, conocido por su generosidad, su pasión por la vida y su compromiso con su comunidad. A través de su arte, buscaba inspirar a otros a encontrar belleza y significado en el mundo que los rodea, dejando un legado perdurable que continúa y seguro que seguirá inspirando a generaciones futuras.
La exposición homenaje ofrece una mirada íntima a la vida y obra de este gran artista, destacando sus logros más destacados y celebrando su impacto perdurable en el mundo del arte. Es una oportunidad única para conocer y apreciar la genialidad de Juan Fontecha, y para honrar su memoria con el respeto y admiración que se merece.
La exposición, que podrá visitarse en el Museo Aquagraria hasta el 25 de junio, se articula en torno a tres momentos vitales de la vida de Juan Fontecha.
Su proceso creativo le lleva primero a buscar la piedra sobre la que trabajar y luego buscar esa inspiración, de una figura abstracta, una pieza figurativa o algo más lírico. Condicionado por tanto
por el material plasma sus sueños, pensamientos y realidades con elementos que conviven en las tres etapas en las que se divide la exposición.
En la sala primera el espectador podrá encontrarse con piezas que sobre todo trabaja en piedra arenisca de Uncastillo y piedra negra del Pirineo.
La segunda etapa, en la que vive en Galicia, y cuyas obras se puede apreciar en el exterior del museo, se erigen piezas realizadas en granito. Obras de mayor formato y siempre marcadas por la rudeza de la piedra y la propia morfología de las vetas que respeta convirtiéndose en un elemento más de la obra.
En su última etapa, de vuelta a Ejea, su pasión le lleva a revisar sus obras, sus procesos, que se entremezclan de nuevo, dejando claro que sus inquietudes, inspiraciones y anhelos se mantienen dentro de una constante revisión.