Jueves, 31 de octubre. Centro Cívico a las 21:30 h.
Obra maestra del director polaco Pawel Pawlikowski, “Cold War” acumula decenas de premios en su palmarés. Desde el Premio al mejor director en el Festival de Cannes a los Premios de mejor película europea en los Premios Goya, Premios Gaudí, Premios César, Premios David Nonatelo, además de multitud de nominaciones a los Oscar, los BAFTA, entre otros de larga nómina. Han dicho de ella que es “la más triste y bella historia jamás contada” y lo cierto es que es una obra maestra de principio a fin.
Pawel Pawlikowski se traslada a los años duros del estalinismo para cubrir, desde los años 40, dos décadas en la trágica relación amorosa entre un músico y compositor talentoso y una magnética cantante y bailarina, llamada a ser un ídolo de masas.
Desde el título, parecía que estuviésemos ante otro ajuste de cuentas con la Historia; sin embargo, como tantas otras cosas en esta película fascinante, la apariencia es sólo eso: el mero telón de fondo para contar una historia privada que hemos visto muchas veces (un hombre y una mujer que no pueden vivir el uno sin el otro; pero tampoco el uno con la otra), aunque muy pocas lo han hecho con la contundencia y la sensibilidad con que aquí se muestra.
En “Cold War”, la escapada de la Polonia comunista tampoco garantiza la felicidad de los dos protagonistas. Porque nos encontramos ante una película que, tras su apariencia clásica, encierra una concepción de la pareja propia del cine de la modernidad. El amor entre Wiktor y Zula tiene que sobrevivir a unas circunstancias externas que le son hostiles, es cierto, pero sobre todo a sus dinámicas internas. En “Cold War”, la pasión amorosa confronta su propia guerra interior. Pawlikowski despliega el proceso de atracción, desgaste y reunión entre los dos protagonistas durante dos décadas a través de una narración intensa pero concisa que devuelve todo su peso dramático al arte de la elipsis.
Como en su anterior película “Ida”, Pawlikowski rueda en formato académico, y en un asombroso blanco y negro.
El trabajo con la banda sonora que hace el cineasta resulta fascinante, pues “Cold War” es también un magnífico filme sobre las diferente formas y significaciones de la música popular en Europa a partir de la segunda mitad del siglo XX en relación con sus habitantes, sistemas políticos y distintas generaciones.
En definitiva, tenemos la posibilidad de disfrutar de una de las mejores películas del pasado año, conmovedora en sus contenidos y deslumbrante en su forma, una película modélica, con una gran historia, con unos grandes actores, con una gran banda sonora y, por supuesto, con un gran director que ha sabido construir una obra maestra.