Domingo, 13 de noviembre. Centro Cívico Cultural. Sesiones 17:00 y 19:00 horas.
Del mismo modo que da comienzo el Ciclo Keaton, lo hace el cine comercial de los domingos. El próximo día 13 de noviembre, con sesiones a las 17:00 y a las 19:00 horas, se proyectará la película “Voy a pasármelo bien” del director David Serrano, una comedia musical elogiada por la crítica, ideal para compartir en familia y para niños de más de 7 años, llena de vitalismo, buen gusto y, como viene a decir el título, con ganas de pasárselo bien.
Ha dicho la crítica que con esta película ganamos “una cálida y sentida reivindicación del cine familiar autóctono que convierte el cliché de cine de barrio y cómic de kiosco en arma de complicidad y cercanía”. Es, sin duda, un mérito grande esta afirmación porque compartir el cine en familia es un reto no siempre fácil. Y es que “Voy a pasármelo bien” es en cierto modo un viaje nostálgico y sentimental -en el buen y medido sentido de la palabra- que transmite valores capaces de unir a generaciones separadas por 30 años de diferencia, que tiene memorables escenas y coreografías callejeras divertidísimas, que tiene unos niños actores magníficos y unos actores adultos de nivel como Raúl Arévalo, Karla Bouza o Dani Rovira.
Como han dicho también de ella, es una película “super pop” y un canto a la amistad adolescente en una ciudad de provincias a finales de los años ochenta, que convierte el microcosmos de un colegio y de una pandilla en el perfecto reflejo de un tiempo feliz que, como todos, también fue infeliz. Como la vida misma.
SINOPSIS
Valladolid, 1989. David y Layla acaban de empezar Octavo de E.G.B. y a ambos les encanta el grupo “Hombres G”. También se gustan mucho entre ellos, pero como a David le aconsejan tan mal sus amigos, todas las cosas que hace para conquistarla terminan siempre siendo un fracaso. A pesar de todo, los dos se hacen inseparables y siempre se lo están pasando bien. Muy bien.
Valladolid, 30 años después. David y Layla no se han vuelto a ver desde finales de los ochenta, pero nunca se han olvidado el uno del otro. Layla es directora de cine y ha ganado un Oscar. La vida de David, en cambio, ha sido más normal sin fama ni premios. Cuando Layla vuelve a la ciudad para recibir un homenaje, ambos pasarán juntos una semana en la que se dan cuenta de que los niños que fueron no han desaparecido del todo.