Historia
Rivas es el pueblo más antiguo de Ejea de los Caballeros. Se trata de un único poblado que permanece de cuantos se esparcían alrededor de Ejea en los primeros tiempos de la conquista cristiana de la villa que tuvo lugar el año 1105, configurando un hábitat bastante disperso tal y como se desprende de la concesión y delimitación del término de Ejea en 1110, donde se menciona por primera vez y explícitamente a la torre de Arripas (Rivas). Rivas aparece como una de las torres defensivas que rodeaban a Ejea durante la dominación musulmana. La mención más antigua en documentación de Rivas como barrio de Ejea data de 1399. Está situado a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Ejea, junto a la margen izquierda del rió Arba de Luesia y el monte denominado La Marcuera, en una zona llana a unos 350 metros sobre el nivel del mar.
La historia de Rivas va ligada a Ejea y por ende la económica. En este sentido, el auge económico que se produce desde el siglo XII se transformó, durante los siglos XIV y XV en una situación de prolongado estancamiento y crisis donde destacamos la despoblación y el alejamiento de los principales centros de poder político y económico. En esta situación se verá el paso de Rivas de la Edad Media a la Edad Moderna.
A lo largo de los siglos XVI a XVIII, el principal peso económico recaída sobre la agricultura, frente a la escasa incidencia de otras actividades artesanales o comerciales. Los productos más importantes en el campo local, eran como no podía ser de otra forma, los cereales (trigo en su mayor parte y cebada) y en menor medida, la vid y el olivo.
En el sector ganadero el ovino tenía su protagonismo junto su producción lanar, dada la disponibilidad de pastos naturales y puesta en marcha de cultivos forrajeros, lo que permitía el incremento de la cabaña así como su movimiento trashumante, al contrario que otros tipo de ganado que tenían una función complementaria..
A finales del siglo XVIII dentro de la dinámica que experimentó la agricultura aragonesa se enmarco el tipo de cultivo en la combinación de trigo-vid-olivo. El trigo monopolizaba la producción cerealista, donde su importancia no radicaba sólo en su valor como producto básico en el consumo sino que era un producto esencial en el intercambio local e inter-local que realizaba en su mayor parte en especie.( la moneda como medio de cambio se iba difundiendo poco a poco ,pero más despacio en el entorno rural).
En el caso de las hortalizas, legumbres y frutales se dedicaban a su autoconsumo, así como la mayor parte de las tierras de regadío al igual que las de secano los cultivos de trigo, vid y olivo eran los predominantes, siendo la diferencia entre secano y regadío la seguridad en la cosecha.
Una preocupación constante en Ejea y sus pueblos es el agua. Al respecto desde la Edad Media se venia desarrollando un sistema de control del elemento por parte de los señores y de las ciudades, lo que confirió al agua un marcado valor social. Es por ello que el agua ha sido una obsesión para el agricultor de Rivas y lo sigue siendo en la actualidad.
No obstante en 1768, el capitán Monroy propuso la construcción a Carlos III de un canal de riego que partiendo del río Aragón y después de regar la llanura cincovillesa (por tanto Rivas) desaguara en el Canal de Tauste. El proyecto fracasó si bien estuvo latente hasta finales del siglo XIX.
En 1872 se construye el pantano de San Bartolomé, con el consiguiente beneficio para las tierras más próximas al mismo, como es el caso de Rivas.
Junta vecinal
Alcalde: Eduardo Lamarca Gaspar
Vocales: Irene Caudevilla Yera, Eugenia Lamarca Gaspar, Ana Laíta Contín